jueves, 20 de agosto de 2015

EGERIA, LA VIAJERA APASIONADA

Retrato de una dama romana, El Fayoum
Egeria, una dama hispanorromana del siglo IV de nuestra era, protagonizó un extraordinario viaje a Tierra Santa y, más importante aún que ello, nos dejó un relato escrito de sus aventuras. Su biografía está envuelta en la neblina, dado que parte de esa narración se ha perdido y también porque los datos con que contamos sobre ella son tardíos y susceptibles de interpretaciones contradictorias. En su peregrinatio, recorrió numerosos eremitorios y cenobios, una forma de vida alternativa que cuestionaba radicalmente los principios del modelo urbano y que sirvió para transformar la vida en Occidente en los siglos posteriores. Pero antes de conocer algunos detalles sobre su vida y obra, conoceremos a su predecesora, Helena de Constantinopla.
Una arqueóloga en Jerusalén

miércoles, 19 de agosto de 2015

PAULETTE DUHALDE, HEROINA DE LA RESISTENCIA

Visitando el Museo del Desembarco en Arromanches, Normandía, descubrí la foto y la corta pero sobrecogedora biografía de una heroína de la Resistencia francesa, Paulette Duhalde. En los clichés que transmiten las películas sobre la Segunda Guerra Mundial, siempre son los hombres los que llevan la iniciativa de las acciones peligrosas, mientras que las mujeres se limitan a despistar al enemigo o a ocultar a los resistentes. Por eso me parece muy importante compartir aquí esta información sobre esta valiente joven, que no dudó en arriesgar su vida para salvar a su país, y a toda la humanidad, de la tiranía. Como dijo Jesús de Nazareth, no hay amor más grande que el de quien da la vida por sus amigos. Gracias, Paulette.

martes, 4 de agosto de 2015

"LA ESTELA DE LOS SIGLOS". Mito y poesía en la obra poética de Miguel Florián (II)


                        Proteo 

Yo vi bajo la noche brotar como un relámpago
un cuerpo evanescente, una llaga de luz.
Me aproximé hasta ella, los árboles ardían,
el río crepitaba. Quedé paralizado,
no logré dar un paso. Un aroma, un perfume
de tiempo ya vivido, de eternidad sin mácula.
No fue un ave, ni el mar, no fue la dicha
de una mujer, su llamarada intacta,
fue el incendio de un dios inapresable.

 De LLUVIAS (1995)